sábado, 5 de septiembre de 2009

Cuando cierro los ojos ya puedo imaginarte... Te desenvuelvo como a un regalo, un regalo delicado... te quito cada prenda y observo tu silueta. Como si de un par de imanes se trataran, nuestros labios acaban magnetizados. Para, vamos muy deprisa... me da igual, repitamos, como dos niños pequeños que quieren otra porcion de pastel. Ais, tus labios saben a fresa y tu cuello huele a melocotón, creo que si juntaramos todos los olores y sabores de la sala, se podria crear una macedonia fabulosa! Y ahora me invitas a pasar una noche entre las sábanas de tu cama, como me voy a negar? Si soy una lunática de tus lunares

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